CIENCIAS NOOSFERICAS

domingo, 29 de junio de 2025

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La Epopeya Bolivariana: Una Historia Vívida de Derechos y Deberes, del Acta Fundacional a la Constitución de Hoy

En el vasto lienzo de la historia venezolana, cada etapa, desde las ancestrales civilizaciones indígenas hasta los desafíos del siglo XXI, es un testimonio de la narrativa holística y fractalizada de un pueblo. El guion de la historia completa de Venezuela se entrelaza profundamente con la epigónica, mística, transductiva, apologética y exegética de los derechos y deberes ciudadanos, anclada en el Acta de Independencia del 5 de julio de 1811 y proyectada en el ordenamiento jurídico-deontológico prospectivo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999. Celebramos así, en 2025, los 214 años de una República en constructividad permanente, un compromiso eterno de las nuevas generaciones.

1. Los Orígenes Prehispánicos: El Germen Noológico de la Relación con la Tierra y la Comunidad

La historia nos lleva a las antiguas civilizaciones indígenas, pueblos como los arahuacos, conocidos como expertos navegantes; los caribes, valientes guerreros; y los timoto-cuicas, avanzados en agricultura y organización social. Estos pueblos mantenían una relación sagrada con la naturaleza, donde la tierra era considerada un ser vivo, no una mera posesión. Este es un constructo circunstancial primordial y un principio noológico de nuestra identidad: la profunda conexión con el territorio y el sentido de comunidad. En la exégesis de los derechos y deberes actuales, esto se traduce en el deber constitucional de proteger el ambiente y en el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas a su cultura y hábitat, valorando la tierra no solo como recurso, sino como patrimonio vital.

2. La Colonización: El Origen de la Demanda Deontológica de Libertad

La llegada de los europeos a la costa venezolana en 1498 marcó el inicio de una era de exploración que, con Alonso de Ojeda y Américo Vespucio explorando el lago de Maracaibo en 1499, daría origen al nombre de "Venezuela" por la similitud de las viviendas lacustres con Venecia. Sin embargo, esta exploración derivaría en la colonización, que con la fundación de ciudades como Cumaná en 1515 y Santa Ana de Coro en 1527, trajo consigo la búsqueda inicial de oro, luego la explotación de perlas en Margarita y, posteriormente, el cultivo de cacao. Este desarrollo se construyó sobre la trágica explotación de la población indígena y la importación masiva de esclavos africanos para trabajar en las plantaciones, sentando las bases de una sociedad profundamente desigual. Este es el constructo circunstancial que generó la primera y más profunda demanda deontológica: la exigencia de libertad y justicia. La apología de la independencia radica en la necesidad ineludible de romper con un sistema que negaba la dignidad humana. El deber de las nuevas generaciones es velar por la igualdad y erradicar toda forma de explotación, reparando las heridas de ese pasado.

3. La Chispa de la Independencia: El Despertar del Espíritu Ciudadano Epigónico

Durante el siglo XVIII, el descontento criollo por el control económico y la influencia de las ideas ilustradas de libertad y soberanía, inspiradas por la independencia de Estados Unidos y la Revolución Francesa, encendieron la llama independentista. Rebeliones como la de Juan Francisco de León en 1749 fueron los primeros atisbos del espíritu epigónico, la herencia de resistencia. El 19 de abril de 1810, aprovechando la invasión napoleónica de España, los criollos de Caracas desconocieron la autoridad colonial, formando la primera junta de gobierno autónoma. Este acto, liderado por figuras como Vicente Emparán, Simón Bolívar y Francisco de Miranda, marcó el inicio del camino hacia la independencia total. Aquí, el derecho a la rebelión justa y el deber de forjar el propio destino se manifestaron con una fuerza inusitada.

4. El Acta de Independencia de 1811: La Mística Jurídica del Nuevo Estado

Un año después del 19 de abril, el 5 de julio de 1811, con la Declaración del Acta, se formalizó el nacimiento de la República. Esta Acta, concebida como la primera constitución venezolana, es una mística jurídica que establece los axiomas fundacionales que la historia completa de Venezuela complementa con el contexto de la lucha:

  • El Axioma de Yupanqui y la Soberanía Recobrada: La voz de Dionisio Uchu Inca Yupanqui, que afirmaba que "Un pueblo que oprime a otro no puede ser libre", es el principio noológico que resuena en el Acta. Esta es la base apologética del derecho a la soberanía, "recobrada justa y legítimamente desde el 19 de abril de 1810". El deber del ciudadano es defender esa soberanía, como lo demostró la historia de Venezuela, que "reconoció y conservó generosamente esta integridad" ante el desorden español, evitando el sometimiento a una dinastía impuesta.

  • El Deber de la Razón sobre la Venganza: El Acta eligió no alegar los derechos inherentes a un país conquistado, sino centrarse en los "hechos auténticos y notorios" del desorden, la inutilidad de los recursos y la impunidad de los gobernantes españoles, que obligaron a la separación. Esto establece un deber de la razón sobre el mero agravio, un principio que guía la constructividad permanente de la República.

  • El Derecho a la Autodeterminación y Resistencia: La inhabilitación de la Corona Borbónica, que "faltaron, despreciaron y hollaron el deber sagrado" y "entregaron como un rebaño de esclavos" a un "pueblo libre", fundamenta el derecho a la autodeterminación y el deber de resistir la opresión. La "conducta hostil y desnaturalizada de los gobiernos de España", que declaró a Venezuela en "estado de rebelión", bloqueó sus puertos y envió agentes para amotinar a unos contra otros, fue la gota que colmó la paciencia y relevó el juramento condicional, impeliendo a la declaración final de independencia.

5. Los Libertadores: La Materialización Épica de Derechos y Deberes

La historia completa de Venezuela destaca a Simón Bolívar, el Libertador, nacido en 1783 en una familia criolla adinerada y profundamente influenciado por su maestro Simón Rodríguez, quien le inculcó ideas de libertad y justicia. Tras jurar en el Monte Sacro en 1805 que no descansaría hasta liberar a su patria, Bolívar lideró campañas militares cruciales, como la Campaña Admirable de 1813, que lo llevó a ser conocido como "El Libertador". Su visión trascendió Venezuela, liberando también a Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia.

La Batalla de Carabobo, el 24 de junio de 1821, selló la independencia de Venezuela. El ejército patriota, liderado por Bolívar y con destacada participación de José Antonio Páez y los llaneros, derrotó a las fuerzas realistas, marcando el fin del dominio español en el país. Bolívar soñó con una América unida, creando la Gran Colombia en 1819, una teleología transductiva que buscaba la unión de los pueblos liberados. Sin embargo, las diferencias políticas, económicas y las rivalidades internas llevaron a su desintegración. En 1830, Venezuela se separó oficialmente, convirtiéndose en una nación soberana con su primera Constitución y José Antonio Páez como su primer presidente.

Aquí, el derecho a la libertad, la igualdad y la autodeterminación se tradujo en el deber épico de empuñar las armas. La visión de Bolívar de una "América unida" es el noológico que subyace al deber de la integración regional y la solidaridad internacional en la Constitución actual.

6. Siglos XX y XXI: Desafíos y la Evolución de los Derechos y Deberes en la Constructividad Permanente

A principios del siglo XX, el descubrimiento de petróleo en Mene Grande en 1914 transformó a Venezuela de un país agrícola en una potencia petrolera. Grandes compañías extranjeras llegaron, y la economía giró en torno al "oro negro". Durante la dictadura de Juan Vicente Gómez (1908-1935), el país se modernizó, pero también sufrió represión. Esto muestra cómo la riqueza fue un constructo circunstancial que influyó en la evolución de los derechos económicos y sociales, y el deber de una administración transparente de los recursos.

Entre las décadas de 1950 y 1970, Venezuela experimentó un auge petrolero, atrayendo a miles de inmigrantes y modernizando sus ciudades. En 1976, la industria petrolera fue nacionalizada con la creación de PDVSA. Sin embargo, la mala administración, la corrupción y la excesiva dependencia del petróleo llevaron a una crisis económica severa cuando los precios del crudo bajaron en los años 80.

A finales del siglo XX, la frustración social estalló con el Caracazo en 1989. En este contexto, Hugo Chávez, un teniente coronel, intentó un golpe de Estado en 1992. Aunque fracasó, ganó popularidad y en 1998, llegó al poder por vía democrática, impulsando la "Revolución Bolivariana". Promulgó una nueva Constitución en 1999, renombrando al país como República Bolivariana de Venezuela, y lanzó programas sociales (Misiones Bolivarianas) financiados por una nueva bonanza petrolera. Esta Constitución es el ordenamiento jurídico-deontológico prospectivo que busca actualizar los derechos y deberes, incorporando una visión más participativa y social, inspirada en los ideales bolivarianos.

La historia más reciente, tras la muerte de Chávez en 2013 y la sucesión de Nicolás Maduro, vio la caída drástica del precio del petróleo en 2014, desencadenando una profunda crisis económica, con hiperinflación, escasez y deterioro de servicios básicos. La crisis política y las disputas entre gobierno y oposición llevaron a una migración masiva de más de 7 millones de venezolanos, presentando los grandes desafíos del siglo XXI. A pesar de los desafíos, la resiliencia del pueblo venezolano, su capacidad de adaptación y la solidaridad interna y externa mantienen viva la esperanza de un futuro mejor, reafirmando que, a lo largo de su historia, Venezuela ha sido y sigue siendo un símbolo de resistencia y libertad.

La Constitución de 1999: El Legado Vivo y el Compromiso Eterno

La Constitución de 1999 es la gran exégesis de esta trayectoria, la materialización del compromiso eterno de las nuevas generaciones. Ella transduce los axiomas del Acta de 1811 en un marco jurídico moderno, que abarca:

  • Derechos Civiles y Políticos: Son la herencia directa de la lucha por la autodeterminación y la libertad, asegurando la participación ciudadana.

  • Derechos Sociales, Económicos y Culturales: Son la manifestación de la búsqueda de igualdad y justicia social, y el deber del Estado de garantizar el bienestar del pueblo en el marco de la riqueza patrimonial de la nación.

  • Derechos Ambientales: Son el reconocimiento del deber de proteger la "relación sagrada con la naturaleza" de nuestros ancestros indígenas, un componente esencial de la soberanía futura.

  • Deberes Ciudadanos: La participación política, la defensa de la patria, el respeto a las leyes, la solidaridad y el compromiso con el desarrollo de la nación, que son la epigonal continuación del "sagrado de nuestro honor nacional" empeñado en 1811.

En este contexto noológico de constructividad permanente, la historia completa de Venezuela no es un relato lineal, sino una narrativa holística y fractalizada donde cada derecho y deber ciudadano de hoy es un eco del compromiso fundacional. Los ciudadanos, como epígonos de los Libertadores, son los guardianes de esta mística republicana, con el deber perenne de asegurar que la visión de una Venezuela libre, soberana y justa siga siendo el faro para las generaciones venideras.