Una conocida leyenda nos habla de un joven que solía apacentar su ganado junto a un pequeño lago próximo a las Montañas ......
Un día vio a una encantadora criatura que remaba despacio de un lado a otro, en una barca dorada, en la superficie del lago.
Al punto se enamoró perdidamente de ella y le ofreció el pan que había traído consigo para su comida del medio día.
Respondióle ella que el pan estaba demasiado duro y desapareció en el abismo.
Al día siguiente, la madre del joven, le dio para que se la llevara consigo, una masa sin cocer y él se la ofreció al hada, pero ella le contestó que estaba demasiado blanda y desapareció de nuevo.
Al tercer día, su madre le entregó pan ligeramente cocido y ya este lo aceptó.
Surgieron del lago tres figuras: un viejo con una preciosa hija a cada lado.
Las muchachas eran idénticas y el padre le dijo al joven granjero que estaba dispuesto a ofrecerle a su hija, de la que estaba enamorado, si era capaz de reconocerla.
A punto estaba el granjero de renunciar a ella, desesperado, cuando una adelantó levemente un pie y entonces, al reconocer su chinela, obtuvo su mano.
Al hada del lago le otorgaron una magnífica dote y así vivieron juntos felizmente.
Ahora bien, al joven granjero le habían advertido que perdería a su bella esposa si llegase a golpearla tres veces sin motivo.
Y ocurrió que, aun cuando eran, sin duda dulcemente felices, estas hadas se comportan a veces de una manera extraña, lo mismo podían llorar en una boda que reírse y cantar en el entierro de un niño, lo que acababa por dar lugar a que su amante esposo la reprendiese tres veces, más bien, con una amorosa palmada que con un golpe, pero esto bastó para que se viese forzada a abandonarle.
No obstante, no se olvidaba de sus hijos y les enseñaba muchos secretos de la consciencia cosmica para que pudieran llegar a ser sabios afamados.
Después de las intervenciones que han llevado a cabo durante estos años, ahora nuestra acción se combina para instalación del Fuego.
El Fuego en el Cielo se aproxima y llega a la superficie de la Tierra.
Las manifestaciones del Fuego en todos los niveles, no se hacen más que acentuarse e intensificarse en lo que ha fue llamado por los grandes profetas de esta Tierra, como el "Bautismo de Fuego".
Fuego que se manifiesta en la Tierra a través de la activación visible de los volcanes, de explosión cada vez más extraordinaria del Fuego que se eleva desde el interior de la Tierra.
Asimismo el Fuego que desciende desde el Cielo, es el Fuego de la Eternidad, el Fuego que viene a fecundar lo que fue privado de la Luz Vibral, de la Libertad y de la Eternidad.
Es aceptar de manera interna de ser un recipiente de este Fuego, de ser portador de la Llama de la Verdad.
Por eso y en estos momentos de intensificación del Fuego en nuestras estructuras de tercera dimensión, se acentúan, llenandola de este Fuego de la Vida, ocasionando quizás, manifestaciones muy potentes a nivel físico.
Así pues síganlo en vosotros, en la reunificación de la Nueva Alianza, el Fuego de la Vida y la promesa del Padre, de LA FUENTE.
ABRIL 2014 Este período se presenta con variedad de energías, a partir de la coincidencia deacontecimientos astrológicos y religiosos (1*), con mucha carga simbólica, que dan cabida a variadas interpretaciones, pero que en resumen nos hablan de un gran caudal de fuerzas dirigidas a provocar cambios y transformaciones -tanto sociales como personales- semejantes al resurgir del ave fénix.
La influencia de los eclipses
En primer lugar, en abril se presentan 2 eclipses: uno lunar el día 15 y otro solar el 29.
Los eclipses significan cambios (buenos o malos), y aunque por lo general no nos damos cuenta o no los asociamos al fenómeno, los eclipses siempre escoltan eventos significativos y magnifican fuertemente todo lo que nos ocurre a nivel personal y colectivo, convirtiéndose en una especie de paréntesis vivientes que nos fuerzan a mirar aquello a lo que le hemos volteado nuestra cara.
Con estos acontecimientos las restricciones de lo viejo, en palabras y obras, se derrumban como viejas cadenas, exponiendo una nueva capa.
Los eclipses lunares representan la terminación de las cosas y afectan a las emociones y al inconsciente; los eclipses solares significan nuevos comienzos y afectan más a la esfera de la consciencia objetiva.
El hecho de que el eclipse lunar anteceda al eclipse solar nos indica que con el primero poseeremos el potencial de descargarnos de lo negativo, para luego recomenzar con la energía del eclipse solar a final de mes.
Cabe destacar que el eclipse lunar coincide con la Semana Santa cristiana y con la Pascua Judía, lo que le brinda un mayor valor emblemático dentro de todo este entramado simbólico-energético de abril 2014.
El clímax de la Gran Cruz Cósmica
Paralelamente a los eclipses y las fechas religiosas, abril es el punto cumbre de la configuración astrológica denominada Cruz Cósmica, la cual se forma a partir de la ubicación de cuatro planetas en un ángulo de 90 grados entre sí, configurando un cuadrado con una cruz interna (ver imagen).
Esta alineación planetaria se inició en el 2007 y tendrá una duración de 13 años, finalizando en el 2020, aunque su punto crucial, la alineación perfecta, se dará justamente entre el 21 y el 29 de abril del 2014.
Según la astróloga Montse Torres, la inquietud y la tensión que podemos experimentar bajo esta potente influencia, así como las crisis personales como réplica de la crisis social y generacional, nos dará la oportunidad de ser brillantes y creativos, y a partir de ese cambio profundo que se origina en nuestra conciencia, generar las acciones necesarias para transformar principios que se han vuelto caducos.
Uno de los aspectos destacados de la Gran Cruz Cósmica es que los planetas se ubican en los 4 signos cardinales: Aries, Cáncer, Libra y Capricornio; signos que arquetípicamente se asocian con las energías de inicio, de impulsos primigenios; por consiguiente:
La cruz cardinal es donde mejor se expresa la energía de los aspectos rojos de la “Cruz cósmica”, ya que en esta figura, hay disponible una cantidad enorme de fuerza impulsiva. Podemos imaginarnos la figura como una rueda de fuego girando a toda velocidad. Existe un potencial de rendimiento enorme que funciona a gran velocidad.
A fin de entender un poco más hacia dónde apunta la transformación en proceso, para así poder encausar nuestras acciones al aprovechamiento de estos impulsos, veamos los simbolismos de los signos y los planetas involucrados en la configuración:
ARIES, el signo de los nuevos comienzos y de la voluntad. Transmite a nuestra vida planetaria las energías del Primer Rayo, el Rayo de Voluntad o Poder. Todo lo que Aries piensa se ve impulsado hacia la manifestación y la realización.
Urano en Aries: Este emplazamiento nos pone de manifiesto el despertar de la conciencia y promueve una gran capacidad para el cambio, la capacidad de avanzar para crear nuevas formas en las que cedemos una cuota de individualidad en pos de lo grupal, del bien común.
Urano nos pide liberación, y desde Aries esa liberación es del Yo y de las viejas ideas que ya no calzan con nuestra realidad presente.
En CÁNCER llegamos al punto más bajo del zodiaco, lo cual simboliza el acceso al inconsciente colectivo, al espacio arquetípico y a las capas más profundas de nuestro ser. El acceso al verdadero Yo que nos une a todo lo viviente.
Júpiter en Cáncer: Júpiter simboliza la expansión y el crecimiento, el maestro, la sabiduría, la compasión y la necesidad de aprender. Desde Cáncer vibra en una energía emocional ligada al contacto íntimo, y se encienden los temas de familia, el hogar, el lugar de dónde venimos, nuestra madre, nuestras raíces, todo aquello que nos sostiene.
La expansión se centraliza en una nueva manera de sensibilidad y una nueva forma de conectarnos con nuestra propia esencia íntima.
LIBRA es el signo de la decisión. El alma se encuentra en un cruce de caminos y debe elegir el correcto. Simboliza la etapa intermedia o el punto de equilibrio entre dos situaciones, en los períodos de avance de cualquier proceso. Por ello, debemos aprender a elegir.
¿Proseguirá la persona concentrándose en lo material, esto es, hacia Virgo, o iniciará el proceso de desarrollo espiritual, es decir, cambiará la dirección y continuará hacia la transformación que propone el signo siguiente: Escorpio?
Marte en Libra: representa la energía masculina y se manifiesta en nuestra personalidad a través de las acciones, decisiones, la afirmación y la conquista. Ubicado en Libra, signo de la diplomacia y el equilibrio, de la justicia y de la toma de decisiones, tendrá que dar el paso para separar la verdad de la mentira. La energía librana de la unión entre el Yo y el Otro, nos brinda un impulso para armonizar el modo de relacionarnos con los demás.
Marte en Libra nos trae la oportunidad de integrar las energías opuestas y complementarias, tanto a lo interno como a lo externo del ser.
CAPRICORNIO es un símbolo de iniciación. Una iniciación en la que, mediante la energía de la voluntad, el ser humano obtiene poder y autoridad espiritual, y se libera de las influencias ajenas y las presiones externas.
Plutón en Capricornio: Plutón representa la transformación y el renacimiento, la evolución y supervivencia. Este año Plutón entró en un ciclo que impulsa a evolucionar desde nuestra esencia para construir nuevos y sólidos valores.
Está disponible la capacidad de construir una nueva mentalidad que permita crecer, encarando con esfuerzo el camino hacia la materialización de lo que queremos crear en nuestra realidad, pero antes debemos morir a una realidad que perdió vigencia. Podemos hacerlo iniciando cambios de fondo y no de forma, derrumbando todo aquello que ya no sirve a nuestra verdadera esencia.
Hacia dónde nos dirige la Cruz Cósmica
Tomando como base el mapa astrológico que surge a partir de la Puerta de Inicio 2014 (equinoccio de marzo), la cruz cósmica de abril parte del signo de Cáncer.
La figura se forma por dos oposiciones que se cruzan vertical y horizontalmente. La oposición vertical entre Urano en Aries y Marte en Libra es interceptada por la oposición horizontal entre Júpiter en Cáncer y Plutón en Capricornio.
La línea vertical muestra hacia dónde se dirige la cruz, siendo Aries el vértice superior (la meta). La línea horizontal muestra los dos aspectos a equilibrar a fin de alcanzar esa meta.
Urano en Aries se opone a Marte en Libra:
Urano representa el norte a seguir e indica hacia dónde aspiran llegar las energías liberadas en la cruz cósmica; busca la manifestación de los cambios de manera rápida y aspira a la libertad, a la innovación, a dejar atrás viejas estructuras y a crear cosas nuevas y distintas, oponiéndose -a veces de forma muy radical- a las restricciones.
Marte, el guerrero, está dispuesto a batallar de manera violenta para conseguir sus objetivos. Este planeta representa el soporte o la base de la configuración, ofreciendo un gran potencial de acción que debe ser manejado de manera equilibrada, evitando la impulsividad que lleva a cometer errores.
Los dos planetas se caracterizan por su radicalismo y sus energías suelen atraer acciones drásticas e inesperadas.
Plutón en Capricornio opuesto a Júpiter en Cáncer:
En la cruz cósmica Júpiter representa el Yo en su estado actual. Tiene relación con la expansión, la riqueza, pero en su aspecto negativo se vincula con la codicia; todo ello ligado a simbolismos familiares y grupales, que al estar en el signo de Cáncer nos remiten a que la personalidad se ve afectada por las emanaciones del plano astral (emociones y pensamientos dominantes en el inconsciente colectivo).
Plutón representa el Tú, los demás, el entorno; tiene relación con lo oculto y con el poder. Ubicado en Capricornio, que también es un signo de poder y autoridad, la relación con el entorno puede manifestarse de forma positiva o negativa, reforzando al déspota interno o al maestro interior.
Júpiter y Plutón tienen un arquetipo muy potente de ambición y poder. Sus energías desatan luchas entre los apegos materiales y la transformación espiritual, siendo esos los dos aspectos a compensar para alcanzar la meta propuesta por Urano en Aries.
DEJA PENETRAR LA LUZ. INVOCA LA ENERGÍA CRÍSTICA. En este período el ritualismo de la Semana Santa cristiana y la Pascua de luna llena son el foco espiritual. Aprovecha estas energías para dejar atrás aquellos aspectos de tu vida que ya no sirven.
El día del plenilunio de Aries (que este año es el martes 15 de abril) es considerado como el día de Pascua debido a las emanaciones energéticas de este fenómeno; de ahí que la iglesia cristiana haya trasladado la celebración de la Pascua al domingo siguiente a la primera luna llena de este signo, rigiéndose por el calendario lunar, al igual que los judíos y los musulmanes.
Con el Festival de Pascua comienza el ciclo de la gran rueda cósmica. El primero de los tres grandes festivales esotéricos cuya exponencial energía es de máxima influencia sobre la humanidad y los éteres del planeta tierra. Nos envuelve en una gran corriente de principio “creador” de un nivel ascendente, cuyas fuerzas están altamente magnetizadas hacia las causas divinas.
Tras el equinoccio vernal, donde las más altas frecuencias psicológicas han captado el “principio de transmutación” de los portales internos, el plenilunio de Aries se derrama sobre todos los niveles de conciencia, haciendo florecer en las mentes más entrenadas la “alquimia transmutadora” y en las mentes “sensibles” los primeros impulsos del reino del Alma despertando la “potencionalidad” de su manifestación.
Durante estos días de plenilunio hasta el domingo de resurrección, se produce un reflejo altamente sensitivo a los movimientos cósmicos en el micro-cosmos humano.
Los divinos escenarios femeninos (el agua emocional o campo astral) se funde o fusiona con los “fuegos de la mente” (polaridad masculina) fuerza y deseo, produciéndose una “vivificación” o resurrección de los éteres, quienes con el “magnetismo” divino de la Madre, son capaces de atraer a las esferas personales la acción directa espiritual sobre la mente entrenada.
Acerca de la importancia de esta fecha en Lucis Trust puede leerse lo siguiente:
“El plenilunio de Aries más conocido entre los cristianos y Occidente como el Festival de Pascua, en realidad es un festival y evento planetario, pues esta gran entidad Cristo el instructor de la humanidad en la cabeza de la Jerarquía espiritual del planeta, nos mostró la inmortalidad, la continuidad de la vida, que la vida física es una etapa más en el sendero de la vida, nos habló y enseñó sobre nuestra capacidad de podernos alinear con nuestro ser crístico, nuestra conexión con la divinidad y vivir como hijos de Dios. Así profundizando en el camino hacia la transformación la que nos conduce hacia una vida plena, nos permite encontrar un sentido más vivo y verdadero de las palabras de Cristo “Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida”, ya que es a través del camino interior, del sendero crístico que se construye y se encuentra el hilo conductor hacia el camino verdadero de la Vida Una.
En realidad es una transformación evolutiva hacia una vida más amplia y por lo tanto superior.
La alquimia interna del festival de pascua, donde la “crucifixión” de la dualidad y la separatividad es “resucitada” hacia el gran centro creador de la Unidad, se materializa a su vez en los campos etéricos del planeta, donde el “subconsciente colectivo” reconoce y entrega su fuerza inercial a la acción enfocada de las mentes espirituales, donde maestros, guardianes y líderes de la nueva Tierra, están actuando bajo la influencia directa de los grandes centros creadores cósmicos.
La influencia del Cristo cósmico durante estos días produce especialmente durante la noche del sábado santo al domingo de resurrección una alta elevación de las frecuencias de los centros o chakras, destinada a producir “la transmutación y la alquimia”.
Así, debemos estar focalizados y atentos para manifestar en nuestras vidas lo bueno, lo bello y lo verdadero, ya que el acento está puesto en la resurrección, es decir dejar morir aspectos, conceptos, ideas y formas de vida que posiblemente han sido válidos hasta el momento, pero que ahora ya no sirven más y hay que encontrar el significado real que nos permitió caminar y evolucionar con ellas, para dejarlas y resurgir con la experiencia y el valor que nos han aportado para caminar hacia una visión más amplia desde el plano del alma y del espíritu.
Este año el plenilunio pascual está acompañado por un evento astronómico importante: un eclipse lunar. Por tanto, a las influencias anteriores debemos añadir las influencias del eclipse, el cual -si lo sabemos aprovechar de forma positiva- representa una oportunidad de dejar atrás improntas ancladas en nuestro subconsciente que podemos ver representadas en nuestras vidas a través de limitaciones y obstáculos.
Como ejercicios para esta semana se recomienda la meditación para “Dejar penetrar la luz” indicada para los tres festivales principales, así como la Meditación para los eclipses, las cuales pueden hacerse el día del plenilunio. Asimismo, durante la semana es favorable recitar la gran invocación. Pide que la energía crística para que se ancle en nosotros a través de la siguiente oración:
“Señor, Padre de todos los Cielos de Todo el Universo creado e increado, te pido que me liberes de la ilusión, que la Piedra no me Mienta y que el Templo de la Verdad, en mi cuerpo físico, sea Tu Templo donde Tu habites entre los hombres. Dame esto, conforme a mi evolución de forma tal que mi materia lo tolere y dame la Comprensión Amplia para que una vez caídos los velos pueda expandir la Grandeza del Alma en la Misericordia y en la Clemencia hacia las miserias humanas, tanto propias como para quienes alcance en mi acción. Que cada día que pase en mi tránsito por esta Tierra, seas cada vez mas Tu en mí en mi Yo Dios y mi Cristo en mi en mi Yo Superior, quien camine en esta Tierra y cada vez menos quien creía que yo era. Que Así Sea, hecho es, eternamente. Amén, Amén, Amén.”
Repetir 12 veces al día. Se recomienda realizar durante 40 días seguidos
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