CIENCIAS NOOSFERICAS

sábado, 1 de diciembre de 2012

diciembre 2012......unail ultimo....

Biblia censurada y libros "apócrifos": 
el libro Enoc indica astronomía y genética
Erich von Däniken: El mensaje de los dioses

El libro Enoc no tiene original

A la actividad moralizadora de los censores establecidos en Roma (p.43) hacia el año 440 a.d.C. sucedió con renovado vigor la de las primitivas comunidades cristianas. Los encargados de mantener y salvaguardar la Biblia eran al mismo tiempo sus censores. No permitían que TODOS los manuscritos existentes entraran a formar parte del Libro de los Libros. 

Teólogos versados en la materia aseguran que existen también unos libros llamados "apócrifos" (en griego: escritos ocultos), es decir, escritos adicionales de origen judío o cristiano no incluidos en el Canon bíblico, documentos pseudo-epigráficos, manuscritos judíos de antes o después de Cristo, que podrían pertenecer al Antiguo Testamento, pero que no han sido incluidos ni en la Biblia ni en el Canon de los escritos apócrifos reconocidos por la Iglesia católica. Tal vez estos documentos no fueran lo bastante "sagrados", a los ojos de los censores bíblicos, como para merecer un lugar en NUESTRO Antiguo Testamento. 

Un libro vedado

Una de esas partes excluidas de la Biblia es el Libro de Enoc (en hebreo: el iniciado, consagrado, bendito). Según Moisés, Enoc pertenecía al grupo de los primitivos patriarcas, anteriores al Diluvio, y era hijo de Yared. Desde hace milenios, la figura de Enoc ha estado siempre algo eclipsada por la de su hijo Matusalén (en hebreo: hombre del proyectil), que al decir de la Biblia vivió hasta la edad de 969 años. Después de haber servido a Dios en la Tierra, el profeta Enoc fue llevado al cielo en un carro de fuego. Por fortuna nos dejó sus anotaciones, que nos permiten penetrar profundamente en los más antiguos misterios de la astronomía, nos informan sobre el origen de los dioses y nos proporcionan detalles sobre la "Caída".

Parece ser que el Libro de Enoc fue primitivamente redactado en lengua hebrea o aramea, pero hasta hoy no ha sido posible hallar el manuscrito original; y si hubiera sido por los Padres de la Iglesia, nadie habría oído hablar jamás del Libro de Enoc. Mas he aquí que el destino tiene sus caprichos: ¡la antigua Iglesia de Abisinia había incluido el escrito de Enoc en su Canon! La noticia llegó a Europa ya en la primera mitad del siglo XVII, pero sólo en 1773 consiguió el explorador británico J. Bruce traer un ejemplar del Libro de Enoc a Inglaterra. Posteriormente empezaron a circular algunas versiones dudosas de la obra, en latín. En 1855 el libro se tradujo por primera vez al alemán en Francfort. Entre tanto se descubrían también fragmentos de una antigua traducción griega. Al comparar el texto etíope con el griego se vio que ambos coincidían, lo cual nos permite suponer que poseemos un "auténtico Enoc". (p.47)


El libro Enoc indica una astronomía y genética.


Tengo en mis manos una traducción del Libro de Enoc, editada en Tubinga en 1900. A mi entender, no se ha hecho ninguna otra desde entonces. Es lástima, porque la versión de Tubinga es complicada y retorcida. Los traductores de fines del siglo pasado quedaban tan desconcertados y era tal su perplejidad - ¡se comprende! - ante las series astronómicas de cifras y las manipulaciones genéticas descritas (todo ello explicable hoy) que para darnos, por ejemplo, diez lineas del texto de Enoc, se veían obligados a añadir, a modo de apéndice, por lo menos doble número de líneas de explicaciones, presentando al mismo tiempo diferentes posibilidades de traducción.

La ciencia secreta del profeta Enoc

[Los capítulos interesantísimos de Enoc]


Los capítulos 1-5 de Enoc nos traen el anuncio de un juicio universal. Se afirma que el Dios Supremo abandonará su morada celestial para mostrarse sobre la Tierra rodeado de sus huestes angélicas. 


Los capítulos 6-16 describen la caída de los "ángeles rebeldes" y citan por sus nombres a aquellos ángeles que, desobedeciendo la orden de su Dios, se unieron con las hijas de los hombres. 

En los capítulos 17-36 se narran los viajes de Enoc a diversos mundos y lejanos firmamentos. 

Los capítulos 37-71 contienen lo que podríamos llamar "discursos gráficos", parábolas e imágenes de todas clases, que los dioses relataron al profeta: Enoc recibió el encargo personal de transmitirlas, ya que los hombres de su tiempo no estaban capacitados para comprender sus aspectos técnicos; de hecho, se destinaban a generaciones futuras. 

Los capítulos 72-82 proporcionan datos sorprendentemente precisos sobre las órbitas del Sol y de la Luna, días intercalares, estrellas y la mecánica celeste en general, añadiendo detalles geográficos concretos sobre el universo. 

En los capítulos restantes se reproducen las conversaciones de Enoc con su hijo Matusalén, a quien anuncia el próximo Diluvio. A modo de HAPPY END [fin feliz], el documento narra cómo Enoc es llevado al cielo en un "carro de fuego".

[Así:

Capítulos 1-5: anuncio del Dios Supremo
Capítulos 6-16: ángeles rebeldes bajando a la Tierra y haciendo niños con las mujeres de los hombres (cambio genético)
Capítulos 17-36: viajes de Enoc a diversos mundos
Capítulos 37-71: discursos gráficos, aspectos técnicos para generaciones futuras
Capítulos 72-82: astronomía y mecánica celeste
Capítulos restantes: conversación de Enoc con su hijo Matusalén anunciando el Diluvio - viaje de Enoc al cielo con un "carro de fuego"].

Con los siguientes fragmentos literales del texto quisiera yo aquí contribuir a que se conozca mejor el Libro de Enoc, que antaño nos ocultaron los Padres de la Iglesia, (p.48).


Ejemplo de un viaje estelar.


Capítulo 14:
<Me llevaron al cielo. Penetré en él, hasta que me topé con un muro hecho de piedras cristalinas y rodeado de lenguas de fuego; y comenzó a inspirarme miedo. Atravesé las lenguas de (p.48) fuego y me acerqué a una casa igualmente construida de piedras cristalinas. Las paredes de aquella casa se asemejaban a un pavimento cubierto de losas de cristal, y el suelo era también de cristal. Su techo era como la trayectoria de los astros de los rayos, con centelleantes querubines atravesándolo. Un mar de fuego rodeaba sus muros, y sus puertas despedían fuego.> (p.48-49).


Una técnica desconocida

A mi juicio, el pasaje que precede deja muy pocas dudas sobre el hecho de que Enoc fuera transportado desde la Tierra en un vehículo de enlace hasta la nave nodriza, que permanecía en órbita alrededor de nuestro planeta. El brillo de la envoltura metálica de la nave espacial hizo que al profeta le pareciera "construida como de piedra cristalina". A través de un techo de vidrio de seguridad, refractario al calor, podía ver las estrellas y meteoritos, así como también contemplar los fogonazos que despedían las boquillas de los reactores de otras astronaves más pequeñas. ("Su techo era como la trayectoria de los astros y de los rayos, con centelleantes querubines atravesándolo"). Asimismo queda Enoc deslumbrado por el resplandor de las paredes del vehículo espacial, es decir, del lado que recibía directamente los rayos del sol.

¿O acaso su asombro proviene de las cegadoras explosiones de los cohetes que servían de freno? Sin duda le atemorizaba tener que penetrar en el fuego. Así es mayor su pasmo momento después, al comprobar que el interior de la "casa" está "frío como la nieve". Es claro que Enoc, nuestro reportero de la antiguedad, nada sabía aún de las posibilidades brindadas por los reguladores de presión y acondicionadores de aire, técnicas que, naturalmente, dominaban los extranjeros.


Ordenes del Poder Supremo.


Capítulo 15:

<Y oí la voz del Altísimo: "No temas, Enoc, hombre recto y escritor de la justicia... Ve y diles esto a los guardianes del cielo que te han enviado para que ruegues por ellos: ¡Vosotros sois quienes debéis rogar por los hombres, y no los hombres por vosotros!>


Es claro que Enoc está ahora ante el comandante, a cuya presencia le han llevado los "guardianes". ¿Quiénes son estos "guardianes"? De estos extraños personajes nos habla ya Ezequiel, surgen también en la epopeya de Gilgamesh, aparecen aquí y allá en los textos fragmentarios del manuscrito de Lamek, uno de esos misteriosos rollos encontrados en las cuevas de los altos acantilados que bordean el mar Muerto. En el manuscrito en cuestión la mujer de Lamek, Bat-Enosh, jura a su esposo haber quedado encinta por (p.49)
causas enteramente naturales, y le asegura que nada en absoluto ha habido entre ella y un "guardián del cielo". ¡Y ahora volvemos a encontrarnos con estos guardianes en el relato de Enoc!

A propósito del profeta, el comandante de la astronave menciona dos cosas que pueden darnos materia de reflexión: primero, se dirige a él llamándole "escritor", es decir, lo integra en la pequeña casta de los entonces versados en la ciencia de la escritura; después, no sin manifiesta ironía, añade que son los "guardianes" quienes deben pedir por los hombres, y no éstos por los "guardianes". El comandante explica a continuación lo que quiere decir con sus últimas palabras:


 <(Di a los guardianes)... ¿Por qué habéis abandonado el alto y sagrado cielo? ¿Por qué habéis dormido con las mujeres, os habéis unido a hijas de hombres, las habéis tomado por esposas y, remedando a los hijos de la Tierra, habéis engendrado gigantes? Aunque erais inmortales, os habéis manchado con la sangre de esas mujeres y habéis engendrado hijos con la sangre de la carne, habéis deseado la sangre del hombre y producido carne y sangre, como lo hacen quienes son mortales y caducos.>
La manipulación genética de mujeres terrestres con extraterrestres (seres de dimensiones cuarta y quinta).


Ahí tenemos, pues, los hechos: en comparación con los habitantes de la Tierra, los viajeros del espacio vivían mucho más tiempo, eran como inmortales. A lo que parece, el comandante, mucho antes del encuentro descrito por Enoc, había depositado en el Planeta Azul a una tripulación o grupo de sus "guardianes", continuando él luego su camino hacia nuevas y largas expediciones. A su regreso le horrorizó comprobar que tales "guardianes" vivían en consorcio con las hijas de los hombres. Se trataba, como es natural, de gente enteramente preparada cuyos conocimientos teóricos y prácticos no podían dejarles duda alguna sobre las consecuencias que tendría su acción.


¡Y a pesar de todo cohabitaron con las mujeres en contra de las órdenes recibidas! Si los "guardianes" poseían la ciencia suficiente para modificar el código genético de los hombres primitivos, sin duda un contacto sexual con ellos - hecho que el comandante menciona expresamente - fue ya posible en la segunda generación de estos terrícolas manipulados. De todas maneras, dado que los extraterrestres, merced a su diferente constitución y posibilidades biológicas, gozaban de una vitalidad mucho más duradera que la de los seres encontrados en la Tierra, pudieron incluso esperar hasta dos, tres o más generaciones de esta nueva estirpe humana antes de entregarse ellos mismo al entretenimiento más antiguo de todo ser viviente en nuestro mundo. Esto es lo que tanto disgustó al comandante, como fácilmente se comprende (p.50).


Capítulo 41:

 
<Vi los espacios del Sol y de la Luna, los lugares de donde salen y adonde regresan. Luego contemplé su esplendorosa (p.50) vuelta, cómo un astro precede ordenadamente al otro, y su grandiosa vía, y como no se salen de esta vía, y nada añaden a ella ni quitan de ella... Después, el invisible y visible rumbo de la Luna, que en cada lugar hace su recorrido de día y de noche.> (p.50-51)


[Copérnico en 1534 - Galilei en 1610 - Kepler en 1609]

Nicolás Copérnico escribió, en 1534, su obra principal "Seis libros sobre las revoluciones de los cuerpos celestes". En 1610, Galileo Galilei descubrió con la ayuda de un telescopio fabricado por él mismo, las fases de Venus y los satélites de Júpiter. Los escritos de ambos astrónomos fueron puestos en el Índice de libros prohibidos. Johannes Kepler descubrió a su vez en 1609 las dos leyes que regulan el movimiento de los planetas, y fue el primero que dio de ellas una explicación dinámica deduciendo que los movimientos planetarios eran causados por una fuerza procedente del Sol. (Pero.., ¡nuestro profeta Enoc ignoraba todas estas cosas y por eso alucinaba en colores al verlas!)


Capítulo 43:

<Vi relámpagos y las estrellas del cielo, y cómo todas ellas eran llamadas por su nombre, y se habían estimado sus justas dimensiones, así como la fuerza de su luz, la amplitud de su espacio y el día de su aparición.>
(Ciencia antediluviana.)

 
Libro Enoc: los nombres de las estrellas fueron dados por los extraterrestres.


Es un hecho que los astrónomos clasifican los cuerpos celestes tanto atribuyéndoles nombres según su magnitud ("se habían estimado sus justas dimensiones") y brillo ("la fuerza de su luz"), como también según sus respectivos emplazamientos ("la amplitud de su espacio") y el día en que los contempla por vez primera ("el día de su aparición"). ¿Quién pudo proporcionar tales datos a un profeta de antes del Diluvio, si no lo hicieron cosmonautas extranjeros?

Libro Enoc: el trueno y el rayo es descrito de manera real


Capítulo 60:

<Porque el trueno tiene leyes fijas de las que depende la duración de su sonido. El trueno y el rayo nunca están separados.>


Hoy es cosa sabida que el trueno se produce por la repentina expansión del aire súbitamente recalentado por el rayo y que su sonido se propaga a una velocidad determinada (333 metros por segundo). El trueno obedece, pues, a leyes fijas "de las que depende la duración de su sonido". ¡Con cuánta anterioridad se habrían descubierto muchas leyes naturales si estos textos no hubieran sido rechazados por los censores bíblicos! (p.51)


Libro Enoc: la jerarquía de los "ángeles" - los "ángeles" enseñaron cosas a los hombres.


Capítulo 69:
<Éstos son los jefes de sus ángeles y los nombres de los que mandan sobre 100, 50 y 10. El nombre del primero es Jequn: él es quien sedujo a los hijos de los ángeles llevándolos a la Tierra y corrompiéndolos por medio de las hijas de los hombres. El segundo se llama Asbeel: éste dio malos consejos a los hijos de los ángeles y (p.51) les indujo a contaminar sus cuerpos con las hijas de los hombres. El tercero se llama Gadreel: éste es el que enseñó a los hijos de los hombres toda clase de golpes mortales. 


También mostró a los hombres los instrumentos del crimen, la coraza, el escudo, la espada de batalla y todo tipo de instrumentos en general. El cuarto se llama Penemue: éste enseñó a los hijos de los hombres a diferenciar lo amargo y perverso, y les comunió todos los secretos de esta ciencia. También enseñó a los hombres a escribir con tinta y papel. El quinto se llama Kasdeya: éste adoctrinó a los hijos de los hombres sobre toda suerte de golpes mortíferos provenientes de espíritus y demonios, sobre los ataques al feto en el seno materno, para aniquilarlo, sobre la mordedura de las serpientes, los efectos destructores del calor del mediodía y los súbitos trastornos del alma.> (p.51-52)

Enoc refiere la ruina que estos seres trajeron a nuestro planeta. Los hijos de los hombres conocieron las armas y aprendieron a usarlas para matar. ¿Acaso les instruyó también Kasdeya en métodos para provocar el aborto ("los ataques al feto en el seno materno, para aniquilarlo")? ¿O les inició en la psiquiatría ("los súbitos trastornos del alma")?

Libro Enoc: indicación de la semana, del mes y del año con 364 días - el ritmo de la luna.


Capítulo 72:
<Ese día sale el sol por aquella segunda puerta y se pone por occidente; regresa luego hacia el este para salir por la tercera puerta 31 mañanas y volverse a ocultar por el oeste del cielo. Ese día disminuye la noche y llega a nueve partes, y el día cuenta también nueve partes, y la noche se asemeja al día, y el año comprende exactamente 364 días. La longitud del día y la noche, y la brevedad del día y la noche: su diferencia proviene de esa rotación... 


En cuanto a la pequeña luna, cada mes son diferentes su salida y su ocaso; sus días son como los días del sol, y cuando su luz es uniforme equivale esta luz a la séptima parte de la luz del sol, y de esa manera sale... Una mitad de ella resalta con 1/7 de brillo, y todo el resto de su disco queda vacío y oscuro a excepción de 1/7 y 1/14 de la mitad de su luz...>

El libro Enoc es para las "generaciones futuras"

En obediencia a las instrucciones del comandante anotó Enoc literalmente todos estos datos para que pudieran interpretarlos las generaciones futuras. Su pequeño compendio de astronomía rebosa por todas partes de cálculos fraccionarios y potencias, que increíblemente reflejan las mismas conclusiones a las que el hombre ha llegado con sus conocimientos actuales.


Antes de desaparecer con los dioses en el cosmos, Enoch inculca a su hijo (p.52):

Capítulo 82:

<Y ahora, Matusalén, hijo mío, te relato todo esto y lo escribo para ti; a ti te lo he revelado todo y TE HE ENTREGADO LOS LIBROS QUE REFIEREN TODAS ESTAS COSAS. CONSERVA, HIJO MÍO MATUSALÉN, LOS (p.52) LIBROS ESCRITOS POR LA MANO DE TU PADRE Y TRANSMÍTELOS A LAS FUTURAS GENERACIONES DEL MUNDO.> (p.52-53)


Censura: La iglesia oculta el libro Enoc - 10 capítulos de Enoc están en el AT por Esdras.

Prueba de lo "sagrada" que se consideró esta misión fueron los Padres de la Iglesia. ¿Les preocupó tal vez que la verdad fuera conocida demasiado pronto?


Sólo diez breves capítulos subsisten en el Antiguo Testamento de todos los escritos de Esdras, constituyendo el llamado Libro de Esdras. Esdras (en hebreo [significa]: ayuda) era un sacerdote y escriba judío. En el año 458 a.C. acaudilló el segundo regreso de los judíos cautivos en Babilonia a su ciudad santa, Jerusalén. (La fecha es sincrónica con los datos de Ezequiel). Esdras consiguió que la comunidad judía se comprometiera a observar la Torá, es decir, la Ley de (p.53) Moisés contenida en los cinco libros del Pentateuco (p.54).


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