CIENCIAS NOOSFERICAS

domingo, 6 de septiembre de 2009

ciberpolitica ....o brecha digital....

http://mail.google.com/mail/?ui=2&ik=e08100a065&view=att&th=1238f54efea6cc17&attid=0.1&disp=inline&zw
El Nacional 6/09/09

 

Siete Días

La ciberpolítica se potencia en la red

 

El desarrollo de innovadoras herramientas tecnológicas genera nuevos espacios de participación ciudadana en todo el mundo. Los analistas señalan que las restricciones oficiales a los medios tradicionales potenciarán el ciberactivismo en Venezuela

 

JAVIER PEREIRA
jpereira001@.gmail.com


 

SOBRE LA CENSURA

SOBRE LA CENSURA



Natalia Morar es una periodista de 25 años de edad que vive en la ciudad de Chisinau, capital de Moldavia.    El lunes 6 de abril de este año, decidió convocar a sus amigos y colegas a una manifestación en el centro de la ciudad, indignada por los resultados de las elecciones celebradas aquel domingo, en las que el gobierno comunista del presidente Vladimir Voronín se proclamó ganador a pesar de las graves evidencias de fraude. Lanzó la convocatoria por Twitter, y el mensaje voló a los celulares y computadoras de todos sus amigos, y de allí a los de los amigos de sus amigos. Aquella tarde se encontraron frente al Parlamento de Moldavia más de 20.000 jóvenes, que desencadenaron una violenta protesta que terminó con decenas de heridos y el saqueo de las oficinas de los diputados. Esa revuelta desató un terremoto político que acabó, tres meses después, con la derrota electoral de los comunistas en unas nuevas elecciones legislativas.

Hoy, Natalia dejó de ser una desconocida periodista moldava. "Han allanado el apartamento de mis padres, paso días sin encender el teléfono y ahora vivo en la clandestinidad", declaró hace un par de meses al diario británico The Guardian.

"Yo sólo soy una ciudadana. Pero lo que pasó en mi país es una muestra de que los poderosos no pueden subestimar el descontento de la gente ni tampoco el poder de las nuevas tecnologías para canalizarlo".

Situaciones similares han ocurrido en lugares tan diferentes como Colombia (con las marchas convocadas por Facebook contra las FARC y Hugo Chávez), Gran Bretaña (con webs de ONG que vigilan el gasto público), Estados Unidos (con la arquitectura de redes sociales de la campaña de Barack Obama), Irán y China (con los ciberactivistas que promueven protestas): ciudadanos comunes han demostrado cómo las nuevas tecnologías han cambiado las reglas de la política.

El acceso al poder y la gobernabilidad dependen cada vez más de la habilidad para aprovechar un abanico de recursos que van desde las redes sociales, hasta herramientas digitales para el control de la gestión pública. Y los cambios se producen a un ritmo vertiginoso.

Hace ocho años no existían los blogs ni los mensajes de texto en los teléfonos móviles, hace cinco años no se conocía Youtube (un canal para compartir videos) ni Facebook (una red social de contactos personales); y hace sólo dos años nadie había escuchado hablar de Twitter (una herramienta de microblogging que permite compartir con un grupo de contactos mensajes de hasta 140 caracteres).

"La cultura digital aporta recursos que modifican la manera de crear, organizar y comunicar las propuestas programáticas de los actores políticos. Sin duda, se abre una nueva era para la democracia en todo el mundo", señala Antoni GutiérrezRubi, asesor de comunicación pública y política en España.

El Implante de pensamiento único ha sido un éxito


El empujón de 2008.
La inserción de Internet en la política comenzó en Estados Unidos, a finales de los años noventa, con políticos como Ted Kennedy, Bob Dole y Howard Dean. Pero fue Barack Obama quien hizo la apuesta más fuerte y cambió las reglas. "La diferencia entre la campaña de Obama y las experiencias previas fue que el despliegue de múltiples recursos tecnológicos se enfocó en organizar a los ciudadanos interesados en participar", indica Cuauhtemoc Figueroa, director nacional de la red de voluntarios de la campaña del hoy jefe de la Casa Blanca. "Los perfiles de my.barackobama.com no sólo servían para captar direcciones y enviar correos electrónicos. Esa data se gestionaba para segmentar a los militantes, acercarlos a los grupos de apoyo y asignarles tareas específicas. El objetivo de los nuevos recursos no era sólo la promoción, sino la gestión eficiente de la información y los mensajes".

El éxito de Obama disparó, desde el año pasado, una euforia mundial por las nuevas tecnologías aplicadas en la actividad partidista …



Los principales partidos de Europa y América del Norte han refrescado sus páginas web para incluir dos herramientas: el registro de datos de militantes y la opción de donación de fondos voluntaria a través de tarjetas bancarias.

Otros han ido un poco más allá, como en Italia, donde el partido de Silvio Berlusconi lanzó una red social propia, similar a la de Obama, para captar y organizar a militantes y simpatizantes (www.forzasilvio.it).

Centenares de dirigentes políticos y administraciones públicas se han involucrado en redes sociales, y personajes como la reina Isabel I de Inglaterra y Angela Merkel tienen desde hace pocos meses cuentas en Twitter.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, acaba de lanzar esta semana el Blog de Planalto: una nueva herramienta de comunicación de la Presidencia que combina comentarios personales del líder brasileño, como una bitácora auténtica, con declaraciones oficiales y material institucional.

Ben Self, socio fundador de Blue State Digital, la consultora que diseñó la estrategia de redes sociales en la campaña de Obama, advierte que todo ese arsenal necesita combustible.

"Más allá de los recursos que se puedan desplegar, la tecnología sólo puede canalizar la pasión de la gente. Un proyecto político debe infundir entusiasmo en sus bases para que la gente se sienta motivada a participar.

Sólo así la tecnología funciona.

Si ese espíritu no existe, las herramientas más sofisticadas serán inútiles".

Venezuela, tierra de oportunidades. Las estadísticas hablan claro. De acuerdo con datos de la Conatel, Venezuela cerró el primer semestre de 2009 con un total de 7.552.000 conexiones a Internet, lo que revela un salto de 72% en sólo 2 años con respecto a los datos del primer semestre de 2007. Aunque es cierto que la penetración de Internet en Venezuela sigue siendo baja (27,1%) con respecto a países como Chile o Argentina, que tienen una conexión a la red por cada dos habitantes, el crecimiento de este sector es el más acelerado del continente.

Los números llevan un asterisco: la mayoría de los venezolanos tiene acceso a Internet a través de cibercafés, por lo cual la cobertura debe ser mucho mayor que la simple relación del número de conexiones por habitante. Conatel calcula que 77% de los habitantes puede tener acceso a la red, especialmente a través de los 653 Infocentros que hay en todo el país. Los estudios de perfil del usuario venezolano efectuados por Tendencias Digitales revelan que más de 65% de los cibernautas pertenecen a los estratos socioeconómicos D y E.

Además, Venezuela es una de las primeras naciones del continente con mayor crecimiento de los servicios de Internet móvil.

Hace dos años no podía afirmarse de manera tan contundente, pero hoy las cifras indican que Venezuela brinda numerosas oportunidades para emplear las nuevas tecnologías en la política. Frente a este panorama, la pregunta es: ¿Los líderes políticos y los partidos aprovechan estas oportunidades? "La mayoría de los políticos, al igual que las propias empresas, todavía no están conscientes del potencial que tienen los nuevos medios en Venezuela", asegura Carlos Jiménez, presidente de la consultora Tendencias Digitales. "Sin embargo, las cosas empiezan a cambiar por la evolución natural del mercado. Primero, cada vez hay más información acerca de estos recursos en los medios de comunicación tradicionales; y también se han conocido varios casos de éxito, que proyectan las utilidades de estas herramientas. Pero en Venezuela hay un factor adicional: las restricciones que desde el Gobierno se aplican contra los medios tradicionales van a potenciar el ciberactivismo, tanto para buscar contenidos (algunas de las radios sancionadas por Conatel, como el circuito CNB, ahora se transmiten vía Internet) como para articular protestas (por ejemplo, la movilización internacional convocada por Facebook desde Colombia contra Hugo Chávez, el pasado viernes). Estas nuevas herramientas tienen aún mucho espacio para crecer".

Disidencia en ventaja. Algunos partidos venezolanos han avanzado en el diseño y desarrollo de una estrategia de nuevas tecnologías. A mediados del año 2008, el PSUV reconfiguró su web para los comicios regionales y ahora presenta una página que, además de brindar funciones básicas, permite descargar material promocional del partido, manejar correo electrónico interno y participar en salas de discusión privadas.

Del lado opositor, Primero Justicia también refrescó el diseño de su portal y prepara el lanzamiento de una red social propia para su militancia (www.mipj.net). El resto de las organizaciones mantienen sus web con el formato tradicional (UNT, Copei, PPT y PCV) y otros simplemente tienen sus dominios inactivos (Podemos y AD).

"Es evidente que hay un sesgo generacional en el uso de estos recursos", señala Julio Borges, coordinador nacional de Primero Justicia. "Nuestros dirigentes tienen un perfil joven, y por eso para nosotros la innovación es fundamental. Buscamos la manera de aprovechar las nuevas herramientas tecnológicas para reforzar a la organización y nuestra fortaleza en el segmento joven del electorado, que se ha involucrado significativamente con las redes sociales".

Entre los dirigentes políticos, el presidente Hugo Chávez ha optado por no ejecutar ninguna estrategia en redes sociales; y en el oficialismo, uno de los pocos que mantiene actividad en el ciberespacio es el alcalde de Libertador, Jorge Rodríguez, con perfiles en redes sociales y un canal de videos en Youtube.

Del otro lado, los líderes opositores muestran una preocupación mayor por desarrollar una estrategia de identidad digital. En la lista destaca Leopoldo López, que cuenta con el grupo de apoyo más grande de Facebook, con casi 200.000 seguidores (una cifra comparable a líderes políticos en Europa); además de algunos dirigentes muy activos en Twitter como Freddy Guevara, Delsa Solórzano y Antonio Ledezma, quien promovió el seguimiento de su reciente huelga de hambre a través de esta herramienta de comunicación.

"Estamos trabajando muy de cerca con las nuevas tecnologías, porque son una herramienta muy poderosa de comunicación", explica Leopoldo López. "Imagina lo que es tener un intercambio de ideas con casi un cuarto de millón de personas, a través de un grupo de Facebook. Esos son 20 poliedros llenos".

Los analistas señalan que la oposición tiene una oportunidad muy clara para potenciar su mensaje de cambio y hacer escuchar la voz de la disidencia a través de los recursos digitales. "Las redes sociales pueden ser una herramienta poderosa en Venezuela. Casi 4 millones de venezolanos tienen perfiles activos en Facebook. Sin embargo, estos recursos no pueden ser herramientas limitadas a informar; deben convertirse en instrumentos para movilizar a los ciudadanos", expresa el politólogo Edgard Gutiérrez.

"Hace un mes tuvimos una buena muestra del alcance que puede tener una protesta, cuando después del anuncio de cierre de las emisoras de radio, la comunidad de venezolanos en Twitter potenció el tópico, hasta ubicarlo en el tercer lugar entre los asuntos más discutidos en la red", sostiene Gutiérrez. El desafío de la oposición ahora es robustecer esos canales y convertirlos en herramientas eficientes para divulgar, motivar, convocar y movilizar a la ciudadanía para que defienda sus derechos".

 

AL MENOS 26 GOBIERNOS CENSURAN LOS CONTENIDOS DE INTERNET

Los nuevos muros digitales

Cada vez son más los regímenes autoritarios que compran sofisticados sistemas de filtro de datos y ejecutan operaciones de saboteo contra ciberactivistas



P ara algunos, la revolución de la ciberpolítica resulta incómoda. Los espacios de participación ciudadana que generan las nuevas tecnologías se han convertido en una amenaza para los gobiernos autoritarios, acostumbrados a una disidencia silenciada. Hay al menos 26 países en los que existen evidencias de censura abierta de Internet (entre ellos China, Cuba, Vietnam, Irán y Libia) y otros tres (Bielorrusia, Rusia y Kazajstán) donde hay sospechas de restricciones.

Los muros pueden ser legales, basados en normas como la aprobada en julio pasado por el Consejo de Guardianes de Irán y promovida por el régimen de Mahmoud Ahmadinejad, que prevé castigos de cárcel para quien desarrolle "actividades ilegales" en el ciberespacio. Pero las nuevas murallas también son más sofisticadas. Por ejemplo, el Gobierno de Irán utiliza desde el año pasado una aplicación desarrollada por la compañía Nokia Siemens, que permite monitorear y controlar el tráfico de contenido en Internet y el envío de datos en la red de teléfonos móviles. Es un producto denominado Centro de Monitoreo, que en 2008 adquirió Irán Telecom (la empresa estatal de telecomunicaciones) y que, reveló la empresa a la BBC, también ha sido vendida a otros 150 países.

El Gobierno chino, por su parte, aprobó hace pocos meses la instalación en todos los computadores nuevos que se vendan en el país de un software llamado Green Dam (Represa Verde), que busca bloquear la navegación por webs de materiales pornográficos y cualquier otro contenido nocivo para los ciudadanos .

China es el país con el mayor número de usuarios de Internet del mundo (más de 300 millones), pero cuenta también con uno de los más sofisticados sistemas de censura de información en la red. Sólo en el último año, Pekín reclutó a 10.000 informáticos para trabajar como controladores y durante febrero consiguió cerrar la entrada a más de 1.900 sitios web y 250 blogs. Los controles, incluso, impiden ubicar información concreta en los buscadores más populares sobre temas incómodos para el Gobierno chino, como la masacre de Tiananmen o el Dalai Lama.

Los refugiados digitales. Los gobiernos también han optado por estrategias un poco más ruidosas para atacar a los ciberactivistas. Hace exactamente un mes, el jueves 6 de agosto, las redes de Facebook y Twitter colapsaron después de un ataque contra las cuentas de un usuario conocido como Cyxymu: un profesor de economía residente en Tblisi, Georgia, que escribe un blog en el que hace duras críticas al gobierno de su país y a su archienemigo, el Kremlin, después de la guerra que los enfrentó el año pasado por la secesión de las regiones de Osetia del Sur y Abjasia.

El mecanismo es sencillo: los atacantes bombardean los objetivos (en este caso, redes sociales) con correos basura (spam) a nombre de la víctima, hasta colapsar la página web entera y obligar a sus administradores a cerrar el perfil del usuario, convirtiéndolo en una especie de "refugiado digital".

Cyxymu ha asegurado en su blog que el ataque se ejecutó desde el Gobierno de Rusia, y que no es la primera vez que ocurre. Decenas de ciberactivistas en Irán, China, Birmania y países del Medio Oriente también han denunciado ataques similares, y aseguran que son estrategias muy eficaces, porque no existe ninguna legislación que los proteja.

En otros países, como Cuba, no se necesitan herramientas de control tan sofisticadas. El Gobierno castrista ejerce un control férreo sobre las pocas conexiones de Internet en la isla, y se requiere de un permiso especial para poder tener acceso a la red. El contenido de los mensajes de correo electrónico es monitoreado por oficinas gubernamentales, sin contar que la mayoría de las cuentas pertenecen a un servicio de e-mail operado por el propio Estado cubano.

Pero mientras se levantan estos nuevos muros, aparecen usuarios que trabajan para superarlos. Durante la reciente crisis en Irán, centenares de ciberactivistas desde Estados Unidos y Gran Bretaña se dieron a la tarea de facilitar a los jóvenes iraníes soluciones para evitar los controles tecnológicos del régimen de Ahmadinejad, que incluían servidores habilitados para enviar, sin el peligro de ser rastreados, mensajes y videos sobre la represión durante las protestas después de las elecciones de junio.

Asimismo, existe el proyecto Freegate: un software desarrollado por informáticos chinos para evadir la censura gubernamental. El programa es lo suficientemente ligero como para enviarse como un documento adjunto en un correo electrónico, y su objetivo es cambiar cada segundo la dirección IP del usuario (su identificación digital), lo que hace que sea prácticamente imposible rastrearlo para un censor gubernamental. Su éxito ha sido tal que, pese a que el servicio fue ideado para China, su popularidad ha llegado a internautas en Irán y Birmania. El programa, antes disponible solamente en inglés y mandarín, ahora cuenta también con una versión en farsi.


http://farm4.static.flickr.com/3405/3652131292_9015c504b2.jpg




--
virgilio

No hay comentarios:

Publicar un comentario